Religiosidad y espiritualidad
Estas pueden parecerse y ser confundidas, pero son antagónicas en su esencia y propósito
La vida con Dios o es 24 horas conectados con Él, o no podemos decir que pertenecemos a Su Reino.
En realidad, quien tiene «intimidad» con el Altísimo los miércoles y domingos solo tiene una religión.
Cuando el Señor Jesús les diga en la eternidad a algunos supuestos siervos «nunca os conocí», no significa que Él estaba ajeno a la existencia y a los actos de aquella persona, sino que ella no tuvo intimidad con Dios. El conocimiento genera confianza, genera tiempo juntos, afinidad y cercanía deseable. Quien necesita ser empujado a orar, leer la Biblia, ir a un culto o evangelizar, no es espiritual.
Necesitamos entender que la religiosidad no significa espiritualidad. Es más, pueden ser parecidas e incluso confundibles pero son antagónicas en su esencia y propósito.
Muchos religiosos verán sus décadas de iglesia volviéndose cenizas delante de Dios.
Porque Su Voz potente Les dirá, sin delicadeza:
«Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de Mí, hacedores de maldad.» (Mateo 7:23).
Hoy aún hay tiempo para descubrir la verdad sobre nuestra práctica cristiana. Solo tenemos HOY, pues mañana puede ser demasiado tarde.
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